viernes, 9 de mayo de 2008

Viajar a la Prehistoria


Imagina por un momento que eres un niño; imagina que eres capaz de viajar y de hacerlo a través del tiempo; imagina que encuentras frente a ti un túnel, un oscuro túnel que te invita a pasar a través de él; imagina que lo haces, que te dejas llevar por la tentación, por la curiosidad infantil que puede con todos los complejos y temores; imagina que te arrastras a través suyo y cuando llegas al otro lado, ya no eres tú mismo, sino un troglodita que caza, hace fuego, fabrica abalorios, pinta sobre las desnudas paredes de una cueva… Imagina, que viajas a la Prehistoria.

Imagina que vas al colegio y, en lugar de aulas y pasillos, te encuentras con un mundo de fantasía, en el que hombres de las cavernas te observan en silencio, en el que mamuts, bisontes y otros animales ya extinguidos te acompañan mientras subes o bajas, mientras vas o vuelves del recreo.

Imagina que eres el protagonista de una historia en la que encuentras un tesoro oculto en una vasija, en el que eres el arqueólogo que lo rescatas del olvido, lo estudias, lo analizas, datas la época a la que pertenece y, tras todo ese proceso, lo expones en un museo.

Todo eso y mucho más fue con lo que se encontró y jugó a imaginar el alumnado del C.P. La Celada los tres últimos días del mes de abril dentro de sus ya habituales Jornadas Culturales. Dedicadas en esta ocasión a nuestros orígenes, los niños y niñas del centro realizaron talleres diversos, en los que trabajaron la arcilla para fabricar vasijas y medallones; elaboraron collares, pulseras y lanzas; imprimieron sus huellas, pintaron rocas… Realizaron diferentes salidas (MARQ, Museo Arqueológico de Elche, Museo Arqueológico “José María Soler”, yacimiento del “Cabezo Redondo). Disfrutaron de la proyección de películas relacionadas con este tema.

Asistieron a un taller de pintura rupestre donde se les enseñaron las técnicas que empleaba el hombre primitivo para este fin. Visitaron, en la biblioteca del centro, una exposición de fósiles propiedad de D. García. Se sintieron hombres prehistóricos por unas horas gracias al taller de ritmo que se llevó a cabo en una cueva misteriosa muy especial. En dicho lugar, practicaron diferentes ritmos valiéndose de diversos instrumentos antiguos como los troncos y los huesos.

Un extenso abanico de actividades que, sin duda, ayudó a desarrollar la imaginación de los alumnos y alumnas de la Celada, amén de aportarles una experiencia vital que, sin duda, habrá dejado una profunda impronta en su interior. Dicen que la mejor forma de llegar al conocimiento es a través de la práctica. El objetivo, en este caso, sin duda se alcanzó.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo soy alumno del C.P. La Celada y cuando fui a la cueva me sorprendi mucho pero sabia que era muy divertido soñar e imaginar que eres un hombre prehistorico y que pintas en las paredes de una cueva y trabajar como un hombre prehistorico en la prehistoria hasta tengo un blog sobre eso.